Conocida como apuntura indorlora o agujas semi-permanentes, la técnica de Hinaishin consiste en insertar una o más agujas de 5 a 7 mm de longitud y mínimo grosor bajo la piel a una profundidad de unos 2mm, en puntos dolorosos que el paciente indica al terapeuta a punta de dedo (puntos ashi), con esto se consigue un efecto analgésico y terapéutico.
Las agujas se dejan inmovilizadas en la piel hasta 15 días para que surta el efecto terapéutico buscado. Este técnica no produce dolor, ni puede ocasionar ningún tipo de riesgo, enfermedad o efectos adversos.
Esta técnica fue desarrollada por el profesor Kobei Akabane, éste trataba de buscar una estimulación suave, de duración extensa y con una punción superficial y dulce en la piel, para mejorar de manera notable la terapéutica de la acupuntura tradicional.
La aguja es tan pequeña que se debe utilizar una pinza para su inserción, con los dedos es muy difícil realizar la punción. Esta técinca se emplea con éxito de alivio sintomático en personas aquejadas de: artrosis, cervicalgia, ciática, dolor de espalda, de hombro, de codo, de muñeca de rodilla, de tobillo, fibromialgia, así como un largo etcétera.